domingo, 5 de julio de 2009

Sobre la propiedad privada

Creo que si de algo podemos considerarnos dueños es de aquellas cosas materiales e inanimadas que podemos adquirir a través de un pago o que llegan a nosotros a modo de regalo. Sin embargo, no creo que se pueda poseer a las personas, ni siquiera a tu mascota aunque en este caso, al carecer de raciocinio, los motivos para que tu mascota te siga hasta la muerte vienen dados por distintas razones. Cada uno nos comprometemos con el resto de personas de la forma en que consideramos que debemos hacerlo y no siempre de la misma. Aportamos a las relaciones, ya sean de amistad o de cualquier otro tipo, lo que consideramos en cada momento que debemos aportar según nuestras propias valoraciones. Quizás en la adolescencia, cuando uno se inicia en las relaciones amorosas puede llegar a pensar de forma inocente que le puedes colgar a tu novi@ el cartel de “esto es mío y no lo toques”. Sin embargo, la experiencia me ha demostrado que por más que lo intentes, jamás conseguirás que alguien sea realmente tuyo si ese alguien no lo decide de forma totalmente libre y el hecho de imponer condiciones y exigencias no llevan más que al fracaso de la relación. Yo me he llegado a entregar en cuerpo y alma a las relaciones pero reconozco que no siempre de la misma manera. Sin duda, creo que el éxito de la relación viene en cierta medida por ese nivel de compromiso, un compromiso que adquiere la pareja y que asienta las bases para un proyecto en común que supongo en mayor o menor medida todos queremos que llegue a buen puerto.

Tengo muy claro o por lo menos la experiencia es lo que me ha enseñado, que independientemente del compromiso, cada uno tiene esa parcela individual y privada en la que se puede llegar a fantasear con las historias más diversas y que esto, que considero totalmente necesario no es algo que tenga que hacer más infeliz a ninguno. Curiosamente charlando sobre este tema, me he encontrado con opiniones muy diversas que a veces resultan un poco chocantes. Hay gente que no admite que su pareja se masturbe, acto que considero de lo más natural del mundo y que forma parte de cada uno de nosotros como una necesidad más de nuestra existencia. Aunque haya gente que lo niegue y que incluso ni lo practique. Pues tú te lo pierdes, oye. Otras por el contrario, admiten que lo hagan pensando en la tía o maromo de moda que llena portadas de revistas y sin embargo, no admiten que lo hagan pensando en la/el vecino de enfrente, algo que es del todo ilógico y que lo único que demuestra es un miedo encubierto a que esa fantasía se pueda hacer realidad en un momento dado, hecho este que dependerá del grado de satisfacción que se tenga en la pareja y por supuesto, de que la vecina de enfrente esté dispuesta a ello, claro. Los hay que sus fantasias las viven de forma conjunta e incluso con otras parejas. Algo que a muchos les hace poner cara de espanto. Yo admito casi cualquier cosa siempre que los dos estén de acuerdo.

De cualquier forma siempre diré que el mundo de las relaciones de pareja es un tanto complicado o muy sencillo, dependiendo de la complicidad que tengas con la otra persona y de los puntos en común que tengan ambos. Cada pareja establece la forma en la que quiere vivir esta relación, cosa que no siempre queda muy clara y conlleva a que cada uno se monte la película a su manera y como consecuencia de ello uno llegue a la frustración más absoluta.

Para terminar, aunque el tema da para hablar largo y tendido, diré que por mucho que uno se empeñe en poseer al otro y creas que lo has conseguido, siempre habrá algo que no conseguirás tener nunca, el único reducto de privacidad que jamás podrá quitarnos nadie. La libertad de pensamiento.

Cast Of Thousands - Nothing Is Forever

4 comentarios:

Darthpitufina dijo...

Los límites de la lealtad lo marcan las personas, por eso son tan difusos. Personalmente, no me parece mal que mi chico se masturbe si no tiene otra cosa a mano, pero lo de pensar en otras, aunque lo haga, mejor que no me lo diga porque puede herir el amor propio... No es que lo considere una infidelidad, pero definitivamente aunque es sano tener fantasías, también creo que lo es no hacer partícipe a la pareja, porque lo único que crea son inseguridades y malos rollos.
Como dices, el tema da para mucho y cada persona tiene su código, por lo que es muy difícil establecer las fronteras.

Un placer leerte, te he encontrado por casualidad y me ha gustado tu rinconcito.
Una sonrisa

Elektra dijo...

Pues un placer tenerte por aquí, Darthpitufina. Efectivamente los límites de la lealtad los pone cada uno pero yo creo que a veces es según las situaciones. Sobre la masturbación a mi me parece normal que nos masturbemos, aunque tengamos otra cosa a mano, e incluso que no contemos ni siquiera lo que pensamos. Creo que forma parte de nuestra privacidad, esa que entiendo que no se debe perder, por mucha pareja que tengamos. El que te hagan partícipe de sus fantasías, pues depende. Yo creo que el hecho de que te las cuenten no tiene porque generar ningún tipo de inseguridad. Que me digan que le gusta la vecina de al lado, me parece lógico. A mi me gusta mucha gente pero no significa que me vaya a ir con ellos. Yo creo que cuando tu pareja te aporta lo que necesitas no tienes necesidad de buscar nada más fuera de ella. Pero eso no está reñido con las fantasias.

Como ya he dicho o tratado de decir cada pareja es un mundo y de lo que se trata es de estar de acuerdo ambos en qué tipo de mundo es el que quieren vivir.

Un beso para ti.

ortiga70 dijo...

jajaja!!....Vamos a correr un tupido velo sobre el tema de las pajas....
Con el pasado que tengo viendo pelis porno desde que era un enano, que crees tú que hago yo en mis momentos más íntimos???
XDDDD

Elektra dijo...

Lo mismo que todos??? xDDDD