Madre de mi vida, si me pillara a mi ahora mi época discotequera. Y mi más tierna juventud, claro. Y yo todo el día recibiendo spam sobre la Viagra. Qué no os enterais, hombre. Que eso, ya no vale para nada. Que lo suyo es ahora, el Cialis. Pastillita amarilla en lugar de azul, que hace efecto durante 36 horas en lugar de solo 5. Día y medio con la tranca tensa dispuesta a abordar a quien se ponga a tiro. Chicos, alguno debería de contarme como es eso.
Parece ser que los americanos, muy estrechos ellos (eso dicen, pero ya, ya, vaya con la estrechez) han sido los que nos han traído a las discotecas de Europa este nuevo fármaco que ha acabado por destronar a la Viagra y que se vende acompañando a otras lindezas en forma de packs. Póngame usted un pack de séxtasis, por favor. Y allí que te endosan pastillita Cialis acompañada de éxtais. O si usted lo prefiere estilo tropical, le recomendamos el coconut-pokes, donde la Cialis no falta pero esta vez viene aderezada con un poquito de coca.
Y allí que vamos, de la pista a la cama y de la cama a la pista. Un poquito de Voyage, voyage y otro de aquí te pillo aquí te mato. Nostamal para pasar un finde. Sus consumidores dicen que están entre los 15 (luego me decían a mi que si yo fui muy precoz) y los 40 años (ay, dios, la jodimos, ya no me toca) y comentan también que algunos la consumen a modo de droga, como el que antes se metía un tripi, o por el hecho de que han pillado cacho y les da miedo hacer el ridículo (¿por favor, para que nosotras no hagamos el ridículo no hay nada?) o también aquellos que directamente la consumen como el que se echa un poco de colonia al salir de casa, por si acaso tienen suerte y algo pillan. En fin, que sea como sea, parece que hay un ejército de machos que exhiben la polla tiesa a modo de anuncio de lo que te espera según saltan a la pista de baile.
Y yo aquí en mi casa y con estos pelos. Por cierto, entre 30 y 50 € cuesta la cajita de Cialis. Eso en la farmacia, claro. En la disco... ni te cuento. A 10€ la pastilla, que no la caja y eso si la compras a primera hora de la noche. Que si vas cuando ya estás mu desesperao, te duplican el precio. Y tenemos ya hasta complementos. Anillos que se venden por internet para guardar la pastilla sexual. Así que casi que la compres o en la farmacia, o a primera hora, te la guardas en el anillo y si quieres/puedes/has tenido suerte esa noche, pues la usas y si no... pues ná. Otro día será.
Anda, chicos, dejaros de rollos. A mi los chicos de plástico no me gustan. A mi me gusta que tu polla se ponga tiesa cuando yo te la toco y si resulta que vamos muy pasaos y la cosa no funciona, pues quedamos otro día. No solo de follar vive el hombre, por favor. También es agradable magrearse o dormirse uno sobre otro medio mareaos. Que no quiero que me ensartes con tu falo si tu cabeza está en Sebastopol, por poner un ejemplo. En fin, allá cada cual.
Pues nada, un poco de música disco para bailar y si se tercia, pues también para follar.
Parece ser que los americanos, muy estrechos ellos (eso dicen, pero ya, ya, vaya con la estrechez) han sido los que nos han traído a las discotecas de Europa este nuevo fármaco que ha acabado por destronar a la Viagra y que se vende acompañando a otras lindezas en forma de packs. Póngame usted un pack de séxtasis, por favor. Y allí que te endosan pastillita Cialis acompañada de éxtais. O si usted lo prefiere estilo tropical, le recomendamos el coconut-pokes, donde la Cialis no falta pero esta vez viene aderezada con un poquito de coca.
Y allí que vamos, de la pista a la cama y de la cama a la pista. Un poquito de Voyage, voyage y otro de aquí te pillo aquí te mato. Nostamal para pasar un finde. Sus consumidores dicen que están entre los 15 (luego me decían a mi que si yo fui muy precoz) y los 40 años (ay, dios, la jodimos, ya no me toca) y comentan también que algunos la consumen a modo de droga, como el que antes se metía un tripi, o por el hecho de que han pillado cacho y les da miedo hacer el ridículo (¿por favor, para que nosotras no hagamos el ridículo no hay nada?) o también aquellos que directamente la consumen como el que se echa un poco de colonia al salir de casa, por si acaso tienen suerte y algo pillan. En fin, que sea como sea, parece que hay un ejército de machos que exhiben la polla tiesa a modo de anuncio de lo que te espera según saltan a la pista de baile.
Y yo aquí en mi casa y con estos pelos. Por cierto, entre 30 y 50 € cuesta la cajita de Cialis. Eso en la farmacia, claro. En la disco... ni te cuento. A 10€ la pastilla, que no la caja y eso si la compras a primera hora de la noche. Que si vas cuando ya estás mu desesperao, te duplican el precio. Y tenemos ya hasta complementos. Anillos que se venden por internet para guardar la pastilla sexual. Así que casi que la compres o en la farmacia, o a primera hora, te la guardas en el anillo y si quieres/puedes/has tenido suerte esa noche, pues la usas y si no... pues ná. Otro día será.
Anda, chicos, dejaros de rollos. A mi los chicos de plástico no me gustan. A mi me gusta que tu polla se ponga tiesa cuando yo te la toco y si resulta que vamos muy pasaos y la cosa no funciona, pues quedamos otro día. No solo de follar vive el hombre, por favor. También es agradable magrearse o dormirse uno sobre otro medio mareaos. Que no quiero que me ensartes con tu falo si tu cabeza está en Sebastopol, por poner un ejemplo. En fin, allá cada cual.
Pues nada, un poco de música disco para bailar y si se tercia, pues también para follar.
Desireless - Voyage, voyage
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