En ese viaje que hice por Brasil y del que ya he puesto una de las partes bonitas del mismo, también me encontré con otras que no lo fueron tanto. País peligroso donde los haya y que pudimos comprobar nada más poner el pie en el aeropuerto de Río de Janeiro. Pero bueno, de todos esos peligros ya hablaré en otro momento. El otro día recordé las veces en las que en ese viaje me tropecé con niños que sobreviven allí haciendo cualquier cosa y en la más absoluta pobreza. Fue una de las cosas que más me sobrecogió durante ese viaje y eso que la maternidad aún me quedaba lejos.
Para divertimento de turistas que se toman una copita en una terraza frente a la playa de Ipanema, se pasean algunos niños en la noche con botes llenos de gasolina que tragan sin el más mínimo reparo intentando hacer un espectáculo de fuego. Los más avezados no necesitan tragar tanta porque al final han conseguido dominar la técnica, pero algunos pequeñajos era un auténtico suplicio verles como una y otra vez de forma insistente se metían la gasolina en la boca e intentaban que saliera el fuego sin apenas conseguirlo. Yo al final, preferí marcharme.
Otro lugar en el que pude contemplarlos con gran pena, fue en una especie de cantera. Allí veías un paisaje salteado de pequeños que en cuclillas, rompían piedras de pedernal con otras más grandes para ser usadas como balasto. Son imágenes que permanecen limpias en mi recuerdo, que quedaron grabadas para los restos y que a veces cuando mis hijos se quejan por alguna gilipollez o se ponen caprichosos sin motivo les recuerdo la suerte que tienen.
Niños que limpiaban zapatos sin descanso y que les dabas lo que aquí no era más que calderilla... con ellos conseguías que se les iluminara la cara y solo por ver esos ojos de felicidad te entraban ganas de dar todo lo que llevabas encima.
Pasamos un día recorriendo el Amazonas en una embarcación donde los encargados de llevarnos eran un padre y su hijo. El niño no tendría más de once años. Apenas hablaba. Su cara era reflejo de cualquier cosa menos de alegría. Le recuerdo siempre ayudando a su padre en cualquier cosa que tenía que hacer. En un alto que hicimos en una especie de palafito casi a orillas de la selva estuve pescando pirañas con él y yo por lo menos lo pasé genial con él, espero que él también conmigo. Nos llevaron a ver un montón de cosas, supongo que como a todos los que hacían ese "viajecito" a través de la selva hasta que se hizo de noche que se suponía que íbamos a la caza de caimanes. Y ya lo creo que los cazamos, que a mi me echaron una cría encima con el remo de la embarcación y casi me da un soponcio. Cuando ya bastante entrada la noche desembarcamos le di a ese niño el dinero que llevaba aunque su padre no quería que lo hiciera. Supongo que después daría buena cuanta de él pero lo cierto es que fueron gente estupenda que se merecían eso y más.
Para divertimento de turistas que se toman una copita en una terraza frente a la playa de Ipanema, se pasean algunos niños en la noche con botes llenos de gasolina que tragan sin el más mínimo reparo intentando hacer un espectáculo de fuego. Los más avezados no necesitan tragar tanta porque al final han conseguido dominar la técnica, pero algunos pequeñajos era un auténtico suplicio verles como una y otra vez de forma insistente se metían la gasolina en la boca e intentaban que saliera el fuego sin apenas conseguirlo. Yo al final, preferí marcharme.
Otro lugar en el que pude contemplarlos con gran pena, fue en una especie de cantera. Allí veías un paisaje salteado de pequeños que en cuclillas, rompían piedras de pedernal con otras más grandes para ser usadas como balasto. Son imágenes que permanecen limpias en mi recuerdo, que quedaron grabadas para los restos y que a veces cuando mis hijos se quejan por alguna gilipollez o se ponen caprichosos sin motivo les recuerdo la suerte que tienen.
Niños que limpiaban zapatos sin descanso y que les dabas lo que aquí no era más que calderilla... con ellos conseguías que se les iluminara la cara y solo por ver esos ojos de felicidad te entraban ganas de dar todo lo que llevabas encima.
Pasamos un día recorriendo el Amazonas en una embarcación donde los encargados de llevarnos eran un padre y su hijo. El niño no tendría más de once años. Apenas hablaba. Su cara era reflejo de cualquier cosa menos de alegría. Le recuerdo siempre ayudando a su padre en cualquier cosa que tenía que hacer. En un alto que hicimos en una especie de palafito casi a orillas de la selva estuve pescando pirañas con él y yo por lo menos lo pasé genial con él, espero que él también conmigo. Nos llevaron a ver un montón de cosas, supongo que como a todos los que hacían ese "viajecito" a través de la selva hasta que se hizo de noche que se suponía que íbamos a la caza de caimanes. Y ya lo creo que los cazamos, que a mi me echaron una cría encima con el remo de la embarcación y casi me da un soponcio. Cuando ya bastante entrada la noche desembarcamos le di a ese niño el dinero que llevaba aunque su padre no quería que lo hiciera. Supongo que después daría buena cuanta de él pero lo cierto es que fueron gente estupenda que se merecían eso y más.
Estas fueron algunas de mis experiencias y recuerdos de los niños de este país. Desde el hotel en el que me alojé en Rio de Janeiro tenía unas estupendas vistas y a una altura considerable. A lo lejos se vislumbraba una fabela y quizás esos niños que un día vi reptar por la arena de la playa hasta colocarse detrás de una pareja y coger las bolsas con las que habían bajado a la playa y salir corriendo, vendrían desde allí arriba.
Elliot Smith - Miss Misery
10 comentarios:
Los niños, pobres niños....En Egipto ví de todo. Habia chicos que se tiraban al río mientras pasábamos con la barcaza motorizada, nadando sin parar, intentando llegar hasta nosotros. Algunos lo conseguían y permanecían agarrados a la borda con una mano y pidiendo dinero ( lo que fuera) con la otra. No tenían mas de seis años.... Me ocurrieron otros cuadros que no quiero mencionar. lloré mucho mucho en ese viaje.
Por cierto, me encanta Eliott Smith
;)
Bueno, yo creo que al final los niños son los que más encongen nuestro corazón. A mi se me hace un poco cuesta arriba el hecho de que esos padres no hagan un mínimo de reflexión sobre lo que tienen para ofrecer a sus hijos antes de plantearse el traerlos a ese mundo.
En fin, ya sé que es mucho pedir.
Me alegra que te guste Elliot Smith. ;)
Besote.
pensaba que ibas a hablar de los terribles experimentos del doctor mengele, aunque también es terrible constatar que haya niños sumidos en la miseria. qué asco de mundo!
Me ha gustado mucho tu relato, Padme, tu sensibilidad ante la belleza y ante el dolor. Es así nuestro mundo, como los propios seres humanos: una mezcla agridulce entre lo sublime y lo abyecto, entre el horror y la alegría, mitad paraíso y mitad infierno. Nada mejor que un niño simboliza todos nuestros sueños rotos y la esperanza intacta.
Lo peor (y lo mejor) es que todos somos corresponsables de lo que pasa en la aldea global: Nuestro tren de vida arrasa mucha vida, a su paso, pero también puede subir, si abrimos las ventanas, a muchos desamparados. Hay sitio para todos.
Aysss, no, raúl. Esos son otros terrores. Pero si, hay tantos niños viviendo un infierno en paises donde no hay para comer o viven permanentemente en guerra que vuelvo a lo dicho, no entiendo como los padres no se plantean el traerlos al mundo.
Sip, un poquito de asco si que da este mundo tan mal repartido.
La pena es que los niños, al ser más débiles, se llevan la peor parte de todo.
Muy buena la definición de "miseria" porque no es lo mismo que "pobreza" y que "hambruna":
En Sudamérica (Brasil incluída) no hay hambre pero hay miseria. El hambre existe en África, por ejemplo, y es peor ya que la miseria no implica hambruna, pero la hambruna si implica miseria.
Luego está la "pobreza" que es la miseria europea, digamos que es una "miseria light".
Todas ellas se ceban sobretodo con los más débiles.
El mundo está muy mal repartido, y aún vemos noticias (esta semana mismo) de dirigentes africanos que montan una guerra solamente para quedarse el dinero de su país. O la ignorancia de los países sudamericanos creyendo una y otra vez en dirigentes que predican siempre lo mismo... y siempre pasa lo mismo.
Temas complicados que son difícil de digerir y de comentar para los que no tenemos facilidad de escritura.
Me alegra que te guste, Javier y claro que hay sitio para todos y comida para todos y agua para todos solo hace falta querer y el problema es que muchos no quieren. Es lo que hay.
Besos.
Supongo markoz que nos acomodamos aqui en nuestros paises y nuestras casas y olvidamos el resto. Aunque bueno, no es necesario ni siquiera salir de aquí para ver lo lamentable de algunas situaciones. A mi es que la situación de los niños siempre me ha llegado al alma ya sea en la miseria, en la pobreza, en el maltrato. Algo que se ve reflejado en ellos cada vez que les miras a los ojos y yo no puedo con la tristeza de los ojos de un niño.
Joer, pues si que estoy estupenda yo estos días, eh?
Besos, señor Guadiana. ;)
No hay nada nuevo bajo el sol. Ahora las aguilas de Roma se extienden por el globo y los "ciudadanos romanos" vivimos a expensas de los barbaros, de nuestros esclavos, y arrasamos y dominamos sin miramientos ni pudor. La diferencia con aquellos tiempos, es que ahora los ciudadanos no conocen la realidad de "provincias", y pueden vivir y morir sin ver esa parte de la realidad que mantiene el sistema. Pues que seria de nosotros, sin las riquezas de Brasil? o venezuela? o los diamantes del congo? o el mineral ese de los moviles que tambien esta por africa? o....etc etc
Pues eso, iván, alguien quiere dejar de vivir como vive? Alguien está dispuesto a conducir un coche de menor cilindrada? A los señores que todos los días veo salir de la Moraleja con su coche de invierno y luego el de verano, y después el de los domingos y el de llevar a los niños al cole que las tías van casi todas con un pedazo 4x4 que parece un tanque, estos están dispuestos a tener si acaso un utilitario cada uno? Pues efectivamente no, ya que cada vez más si no hay pela por medio, la gente no mueve un dedito por nada. Y creo que cada vez peor.
Por cierto, iván tengo pendiente subir la noticia de la Plataforma creada para los Premios Príncipe de Asturias para por lo menos extenderla un poco más por la red. Ayer la tenía abierta para hacerlo pero acabe muy tarde y simplemente publiqué este post que estaba escrito para otro día. Pero no pienso dejarlo en saco roto.
Un besote.
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